NUEVA YORK.- Argentina puede pedir a la Corte Suprema de Estados Unidos que reconsidere su decisión y ganar tiempo antes de que se cumpla el plazo para pagar el próximo cupón. Varios abogados dicen que las posibilidades de éxito de Argentina con esa moción son “escasas a nulas”.
Argentina puede pagar a los “holdouts” lo que consiguieron en tribunales y despejar el principal obstáculo que se interpone en su capacidad para volver a los mercados internacionales y bajar sus costos financieros.
O podría rehusarse a pagar a los acreedores no reestructurados e incumplir los pagos de la deuda reestructurada, porque se le bloquearía la transferencia de los pagos a los acreedores.
La Presidenta puede comenzar negociaciones para un arreglo acordado con los “holdouts”, quienes siguen dispuestos a sentarse a conversar.
Una cláusula llamada “derechos en futuras ofertas” (RUFO, por su sigla en inglés) impide llegar a un acuerdo en mejores términos con los holdouts. La condición vence el 31 de diciembre de 2014, pero abogados dicen que el hecho de que a Argentina se le haya ordenado pagar significa que puede no aplicarse, ofreciendo al Gobierno una alternativa para cerrar trato.
Argentina argumenta que un triunfo de los “holdouts” significará que cualquier reestructuración de deuda soberana será más difícil y que Nueva York podría ver como los bonos se emiten fuera de su jurisdicción.
El Gobierno de Estados Unidos informó a la Corte que una decisión contra Argentina podría hacer más difícil que los países en dificultades financieras consigan apoyo de acreedores para canjes de deuda clave. Estados Unidos no se refirió al mérito del caso en sí.
“Pari Passu”
“Creo que la reacción del mercado ha sido un general encogerse de hombros, ante los argumentos argentinos de que esto desacreditará a la ley de bonos de Nueva York como fuente de capital”, sostuvo AJ Mediratta, en Greylock Capital en Nueva York.
Mediratta dijo que los nuevos bonos emitidos han aprendido las lecciones del caso argentino, incluyendo definiciones más claras de “pari passu”, o las cláusulas de trato igualitario, así como cláusulas sobre acciones colectivas que limitan la influencia de los “holdouts”.
“El caso de Argentina es único en el contexto histórico”, dijo Elena Duggar, analista de crédito soberano de Moody’s.
El rechazo de la Corte Suprema a escuchar el caso de Argentina contra los acreedores hace más probable una nueva cesación de pagos, pero a diferencia de 2001-2002 será por una cuestión de principios más que de necesidad.
Si, no obstante, Argentina encuentra maneras para negociar con los “holdouts”, podría conseguir su meta de volver a acceder a los mercados de capital en el medio plazo, resolviendo finalmente un litigio que se ha prolongado por una década. (Reuters)